Medidas de ruido para garantizar el cumplimiento del Decreto 213/2012

Tradicionalmente, la gestión del ruido urbano pasaba por el control del ruido generado por las actividades en el suelo urbano residencial, ya que, estas actividades conllevaban la mayoría de las quejas ciudadanas relacionadas con el ruido. No obstante, a medida que la sensibilidad ciudadana frente a esta forma de contaminación se incrementa aparecen nuevas exigencias a las que es necesario responder y surgen nuevas legislaciones, como el DECRETO 213/2012, de 16 de octubre, de contaminación acústica de la Comunidad Autónoma del País Vasco, para dar respuesta a dicha demanda.

Este Decreto 213/2012 tiene por objeto establecer las normas para prevenir, reducir y vigilar la contaminación acústica, para evitar y reducir los daños y molestias que de ésta se pudieran derivar para la salud humana, los bienes o el medio ambiente, así como establecer los mecanismos para mejorar la calidad acústica ambiental en la Comunidad Autónoma del País Vasco.

Se regulan además las exigencias necesarias para la protección acústica de las nuevas edificaciones, mediante:
     a) Establecimiento de los objetivos de calidad del aire ambiente.
     b) Niveles máximos de ruido y vibración permitidos.
     c) Limitaciones al planeamiento urbanístico en áreas expuestas al ruido.
     d) Condiciones de aislamiento y otros requisitos acústicos a cumplir por los edificios que alberguen usos sensibles al ruido.
     e) La evaluación de los niveles de ruidos y vibración.

Dentro de este ámbito, GIKESA ofrece diversos servicios tanto de asesoramiento y apoyo en la justificación del cumplimiento de los requisitos acústicos como en las medidas de verificación final. Por ejemplo, el caso de las fotos que acompañan esta entrada corresponden a unas medidas realizadas esta misma semana para valorar la afección del ruido provocado por la puerta del garaje y por las extracciones de ventilación en las habitaciones de un hotel recientemente inaugurado en Donostia. Los resultados fueron muy positivos, garantizándose de ese modo el confort de los usuarios del hotel y de las viviendas existentes en el mismo edificio.